Yo, un hombre acostumbrado a ver halcones querenciados de cumbres, cortados, torres eléctricas y edificaciones humanas, me resulta inusual ver posado a un peregrino detrás de un pequeño montículo de arena.
Esta migratoria era adulta, de manera que le correspondía dos anillas.
Todos los halcones adultos tienen la muda a cuestas.
Hermoso ejemplar de peregrino hembra inmaduro.
Terminamos pasado el ocaso.